La luz de los históricos faros de la costa cantábrica te adentrará en un mundo de leyendas increíbles aptas para los buscadores de historias más exigentes. Son 9 los guardianes que protegen sus 280 km., nosotros te mostramos 5 faros para iluminar tu viaje por Cantabria.
Conmovedores por su situación en parajes increíbles o islotes inalcanzables en medio del mar, sobrecogedores por su lucha bajo las olas más feroces en las peores tormentas y protagonistas de inquietantes fábulas, su imagen es uno de los elementos más representativos del mundo del mar.
¿Quieres descubrir más sobre Cantabria?
Lee nuestro post: 20 planes perfectos para conocer Cantabria
Aunque algunos están ya en desuso, han sido renovados, su labor de protección ha dado paso a una función más didáctica, abiertos al público como centros de interpretación o salas de exposiciones. Su atractivo turístico es inevitable para cualquier viajero.
Te mostramos los 5 faros para iluminar tu viaje por Cantabria que más nos gustan, de oeste al este a lo largo de su impresionante costa.
Tabla de contenidos
1. Faro de Punta del Torco de Afuera
Ubicado en la Punta del Dichoso, en la localidad de Suances. Entró en funcionamiento en 1863 en un enclave estratégico en una pequeña península, entre las playas de La Concha y de Los Locos, para ayudar a la navegación en la entrada de la ría de San Martín y señalizar las cinco islas situadas cerca de la punta del Cuerno.
Construido en la desembocadura de la ría de San Martín de la Arena, donde se encontraba una fortificación medieval de defensa de Suances de las invasiones enemigas. A día de hoy, es lugar de referencia para surfistas durante todo el año.
Cuenta la historia que su luz sirvió para salvar a siete tripulantes del bergantín italiano ‘Franceschino’ que se hundió en 1880 al abrirse una vía de agua en su casco. Y que fue escenario de la visita de los reyes Alfonso XII y Mª Cristina en varias ocasiones durante sus viajes a Cantabria.
En 1960 se reconstruyó el edificio para que guardase concordancia con el resto de construcciones residenciales del Torco y sus alrededores, con la imagen actual tipo chalet.
Desde la base de la torre se puede acceder hasta el borde del acantilado por un sendero para deleite de sus visitantes. Y además se puede escuchar el relajante sonido del mar desde la Roca Blanca, un monumento natural a pocos metros del faro.
Las parejas que buscan inmortalizar su romanticismo con las vistas espectaculares que ofrece el Faro de Punta del Torco de Afuera lo han convertido en testigo del amor eterno de innumerables historias.
2. Faro de la Cerda
Inaugurado en 1870 en el privilegiado entorno de la Península de la Magdalena, donde se ubica la antigua residencia de verano del rey Alfonso XIII, el Palacio de la Magdalena de Santander.
Recibe su nombre de la batería de Santa Cruz de la Cerda que en la época medieval estaba destinada a proteger la bahía de Santander de los enemigos. Aunque ésta no ha sido la única forma en la que se le ha conocido, de la Argolla o la baliza de la Punta de la Cerda, también han servido en otros momentos para nombrarlo.
Como curiosidad os contaremos que técnicamente no es un faro por el poco alcance de su luz, sino una baliza.
Posicionada estratégicamente un poco antes del mareógrafo y el embarcadero real, permitía la descarga de materiales peligrosos que llegaban a Santander antes de adentrarse en la propia bahía para evitar desgracias como la de la explosión del barco Machichaco, en 1893. Uno de los hechos más grotescos que se recuerdan en la historia de esta ciudad.
Actualmente, el amarre del Faro de la Cerda ha quedado destinado al ocio de las embarcaciones de recreo y de aquellos que no se quieren privar de las vistas espectaculares al Faro de la Isla de Mouro y la intimidad que ofrece este precioso lugar.QUÉ VER EN SANTANDER
Restaurantes sin gluten en el Sardinero
Dónde comer sin gluten en el Casco Antiguo de Santander
Sabores sin gluten: las cafeterías de Santander con más encanto
3. Faro Isla de Mouro
Este regio guardián lleva protegiendo la bahía de Santander desde 1860. Situado en la misteriosa Isla de Mouro, en mitad de la entrada al puerto de la capital cántabra, y desafortunadamente conocido por los numerosos accidentes ocurridos en él y la mala accesibilidad en días de tormenta.
Su insólita situación provocó la incomunicación de los fareros más curtidos en el oficio en múltiples ocasiones hasta 1921 cuando se automatizó para evitar la muerte de los que trabajaban en él.
Este singular faro, construido sobre roca al más puro estilo inglés, es protagonista indiscutible de los temporales más crudos del Mar Cantábrico, cuando las olas superan la torre de 18 metros de altura que alberga.
La Isla de Mouro contiene bajo sus aguas una gran biodiversidad donde los submarinistas pueden disfrutar de las 40 especies de peces censadas que habitan allí. Por ello fue declarada Reserva Natural en 1986.
Además de poder contemplar su esplendor desde tierra firme se puede observar su majestuosidad gracias a los paseos en barco que ofrece la famosa empresa de Los Reginas de Santander por la bahía.
Leer más >>> Qué ver en Santander en 1 día
4. Faro de Ajo
En el punto más al norte de Cantabria se ubica el faro más moderno de la Comunidad, el Faro de Ajo, en el municipio de Bareyo.
Su historia comienza en 1907 cuando se proyecta su edificación pero no es hasta 1930 cuando se inauguró finalmente, tras varios accidentes producidos en los arrecifes del cabo. En el año 1980 el ingeniero Fernando Rodríguez Pérez proyecta una nueva torre circular de hormigón a escasos 50 metros de la antigua ubicación, poniéndose en marcha en 1985 lo que hoy es el actual faro.
¿Te quieres deleitar con la gastronomía cántabra?
Lee nuestro post: dónde comer sin gluten en Cantabria
Pero la verdadera fama la adquiere en 2020, cuando el artista internacional Okuda San Miguel plasmó sobre él una de sus obras efímeras, «Infinite Cantabria».
La polémica por su colorido y su carácter temporal han conseguido que se convierta en uno de los mayores atractivos de Cantabria. La torre de 16 metros alberga 72 tonalidades diferentes que hacen alusión a la riqueza natural del entorno del Faro de Ajo y está previsto que se pueda disfrutar de su originalidad durante 8 años, tras los que volverá a su estado original en 2028.
DÓNDE APARCAR Y CÓMO LLEGAR
La entrada, gratuita, es a través de un bonito paseo a pie desde donde se disfrutan de las maravillosas vistas donde se funden el mar y la montaña, como siempre en Cantabria. El coche se puede dejar aparcado en una zona residencial previa a las 16 hectáreas de terreno cultivable que lo circundan.
El acceso es limitado, por lo que antes de aventurarse es mejor consultar en la oficina de turismo de Bareyo los horarios. No está abierto todos los días y cambian según la temporada.
El Faro de Ajo no se puede visitar por dentro pero las vistas desde los paseos que conducen hasta él son espectaculares. Se han convertido en un gancho turístico de primera magnitud. Sobre todo al atardecer, cuando se consiguen las fotografías más bonitas de este colorido lugar.
¿Te gustan las rutas en coche?
Lee nuestro post: Una ruta en coche por Cantabria
5. Faro del Caballo
Este sorprendente faro es uno de los dos que están situados en el Monte Buciero. Comenzó a alumbrar la bahía de Santoña en 1863 dando servicio a los navíos durante 130 años.
Las espectaculares vistas que se divisan desde él y el maravilloso entorno donde se encuentra bien merecen el título de uno de los faros más bonitos de España. Vale la pena la odisea del descenso por la escalinata de más de 700 peldaños de piedra para gozar de las asombrosas vistas y sus aguas cristalinas.
CÓMO LLEGAR HASTA EL FARO
Como anécdota te contaré que dichos escalones fueron reconstruidos por los presos de la Penitenciaría de El Dueso, que se encuentra a pocos metros del Faro del Caballo y se puede divisar al realizar la ruta de senderismo circular del Monte Buciero.
El acceso a pie a este tesoro del cantábrico nos lleva por una maravillosa senda, en un principio de piedra y poco después por una romántica arboleda, accesible para toda la familia.
Lo único que hay que tener en cuenta es que durante la caminata no hay ningún lugar de avituallamiento, por lo que deberás llevar contigo las provisiones necesarias. Ah! y las agujetas del día siguiente debidas a la subida y bajada al faro creo que son irremediables, aunque merecen la pena sin lugar a duda.
Si prefieres disfrutar de este idílico lugar de forma más relajada puedes contratar un tour panorámico que te lleva por toda la Bahía de Santoña, incluyendo las marismas, hasta el Faro del Caballo.
O para los más aventureros, reservar una excursión en kayak para adentrarte en estas inmaculadas aguas.
La «Costa Esmeralda», como se le conoce, se ha convertido gracias a este faro en uno de los lugares más visitados de Cantabria en los últimos años. Es un verdadero regalo para los sentidos. Fue elegido el mejor rincón del año en 2014 por la Guía Repsol.
OTROS FAROS QUE PUEDES VER
Esperamos haber iluminado un poco tu próximo viaje a Cantabria con estos magníficos faros. Recuerda que hay 4 más que puedes añadir a tu guía para completar la aventura:
San Vicente de la Barquera: Faro de Punta Silla
Santander: Faro de Cabo Mayor
Santoña: Faro del Pescador
Castro Urdiales: Faro del Castillo de Santa Ana
Nosotros te hemos contado los que a nosotros nos han cautivado más, pero estamos impacientes de que nos cuentes qué te han parecido a tí y cuáles son tus favoritos.
Además, como siempre, te dejamos información sobre los puntos de mayor interés de Cantabria para que puedas hacer de tu visita a esta preciosa comunidad un viaje redondo.
Y, por supuesto, algunos sitios de referencia para poder comer sin gluten en Cantabria.
No sólo queremos que llenes tu mente de imágenes bonitas de Cantabria, sino que también goces de su gastronomía.
Siempre lo decimos y es que Cantabria es Infinita.